Poet's Abbey (Blog de lecturas)


Libro del desasosiego

Palinuro me escribió desde algún puerto sin nombre. La carta no tenía remite y el sello era de un país indescifrable. El lobo de mar me confesaba que había conseguido un libro portugués que le quemaba las manos. Acababa de descubrir una de las cimas de la literatura contemporánea.

Era una obra de Fernando Pessoa, publicada por primera vez en 1982, con textos escritos bajo el heterónimo de Bernardo Soares (desde 1913 hasta la muerte del autor en 1935). 

Realmente, es una obra que quema, que indica que hay personas que no saben, no pueden, ni quieren ser felices. Desdeñan sus ilusiones.

El escritor portugués expresa la experiencia común del sentir como inicio del yo. El yo se encuentra viviendo en el tiempo que se nos ha dado. Viviendo uno se percata de la brevedad de la vida, pues la experiencia de la finitud es indesligable al yo. 

De este modo, el placer de vivir y la sombra del límite se dan en la misma experiencia de la vida, que es bella incluso en el peor de las realidades. La vida se experimenta valiosa y placentera mientras uno lidia con las adversidades para seguir viviendo.
 


Pero yo sé que lo que siento, lo siento yo. (p. 361)

Nunca amamos a nadie: amamos sólo la idea que tenemos a alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos.

Sin ilusiones vivimos del sueño, que es la ilusión de quien no puede tener ilusiones. Viviendo de nosotros mismos, nos disminuimos, porque el hombre completo es aquel que se ignora. Sin fe, no tenemos esperanza, y sin esperanza, no tenemos propiamente vida. No teniendo una idea del futuro, no tenemos tampoco una ideal del hoy, porque el hoy, para el hombre de acción, no es sino un prólogo del futuro. La energía de luchar nació muerta entre nosotros, porque hemos nacido sin el entusiasmo de la lucha. (p. 323)

Fernando Pessoa, Libro del desasosiego, 1913-1935





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